Durante el desarrollo del II Encuentro por la Década Bicentenaria realizado por la Fundación del Bicentenario en el mes de abril de 2007 en la ciudad de Luján, los tucumanos volvimos a tener noticias de las puertas. Con la presencia del entonces intendente de esa ciudad, Sr. Miguel Prince, del ex Director del Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo, Arq. Roberto Grin, y junto a personalidades como Ernesto Jauretche, y Enrique Medina León, fuimos invitados a conocer el Complejo encontrándonos con las puertas en exhibición. Entendiendo la necesidad de recuperar nuestro patrimonio regional, todos los presentes nos comprometimos a trabajar para trasladarlas a su lugar de origen, conscientes que no iba a ser fácil nuestro cometido.
Tomada la decisión política, la tarea no fue sencilla, se sortearon una serie de trámites administrativos y estratégicos. Fue el gobierno de la provincia de Buenos Aires, quien colaboro con la Fundación ocupándose del traslado por vía terrestre y cubriendo los costos de los seguros que por ley el movimiento de las piezas museológicas requerían. Custodiada, por la Policía de Buenos Aires hasta sus límites provinciales, la policía de Santa Fé toma la decisión de acompañar hasta Córdoba las puertas, donde los cordobeses se suman acompañando y levantando Acta de entrega a la Policía de Santiago del Estero, quienes por orden de su Jefatura toman la posta, seguidos por la prensa local que informaba a los santiagueños que las puertas de la Casa Histórica de la Independencia cruzaban sus tierras.
Entrada la madrugada llegaron a la provincia de Tucumán, donde al no encontrar el apoyo necesario desde el gobierno provincial, deciden continuar su viaje hasta la ciudad capital donde Gendarmería Nacional abrió sus puertas para custodiarlas hasta el otro día cuando salieron en caravana para su destino final, la Casa Histórica.
Fue así que el 8 de Julio del 2007, día de intenso Frio, fueron recibidas calurosamente por gauchos vestidos de gala, con sus caballos con aperos y adornos de plata y oro, periodistas, público en general, algunas autoridades, y la comitiva del traslado, fuimos testigo de su ingreso y tomamos conocimiento que las puertas fueron cubiertas con trozos de tela del manto de la Virgen de Lujan, para protección divina durante su recorrido, ya que días antes habían cambiado su sagrado manto. Así todos quisimos armar las puertas para exhibirlas en el 191 Aniversario de la Declaración de la Independencia.
Tiene un diseño simple, correspondiente a las casas del siglo XVIII, de madera de cedro, con dos hojas cada una de cinco tableros salientes, mide 2,85 metros de alto por 1,80 de ancho y un marco de tres piezas, capaz de sostener los 500 Kg que pesa en su totalidad, teniendo la particularidad, que de un lado su marco muestra un medio punto, y de frente se ve una terminación recta.
A pesar de que algunos historiadores cuestionaron la necesidad de trasladarlas a su lugar de origen defendiendo que “No era necesario, si las quieren ver vayan a Lujan” el vicepresidente de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos Arq. Juan Repetto apoyo lo actuado por la Fundación, presentando un dictamen ejemplar de seis puntos, reconociendo la necesidad de reinserción y restauración conforme al Art. 5 de la Carta de Venecia.
En perfecto estado de conservación, recuerdan hoy después de haber recorrido el país por los distintos medios de transporte que marcaron nuestro desarrollo territorial, un pedazo de nuestra historia salvado del olvido y la piqueta presentando a las nuevas generaciones las puertas de la antesala del Salón donde se Juró la Independencia de las provincias unidas de Sudamérica.
Los invitamos a conocerlas.
